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"Necesitas gente?"
"Ahí te mando una palada!"

Sin palabras.

(La foto de este post es una colaboración de Cristian, incansable photohunter del blog)



Dos en la misma escalera, el de arriba obviamente sin arnés, y sin balizar el sitio en una de las calles más transitadas del centro. El cielo, ahí nomás.

Sin casco, sin arnés, sin ropa de trabajo, y en un andamio por demás precario. Más riesgo que en Sierra Maestra pero sin Batista.

(La foto de este post es una colaboración de Cristian)



Uno de tantos mensajeros, repartidores, y motoqueros. Como la mayoría, sin casco y en zapatillas. En este caso, casi con acoplado.

(La foto de este post es una colaboración de Cristian)



Tres cuerpos de andamio, tablones simples. Nadie atado, y no hay un casco ni de macetero. La señalización, hermosos palos de escoba en baldes de 20 litros, con las consabidas y ubicuas cintitas plásticas. Lo interesante es que la obra es un compañía de seguro, que opera además una Aseguradora de Riesgo del Trabajo. ¿Cómo era el dicho? ¿Haz lo que yo hago y no te pagaré los sinestros?

Como hace calor, no hace falta usar equipo impermeable. Ni casco, ni botas. Tampoco arnés independiente. Y la hidrolavadora, colgando del cable, añade el toque de color. El cuadro se podría completar con los fuegos artificiales, reemplazados por los chispazos del cartel de neón, arrancado en el operativo. Suere que si pasa algo, al menos abajo hay una farmacia.

(La foto de este post es una colaboración de José Manuel, un amigo español que la tomó en una reciente visita a Buenos aires)



La caja de herramientas y la ropa, todo prolijamente naranja. Del mismo color que debería haber sido el arnés, o el eventual salvavidas que debería usar haciendo equilibrismo en la baranda de Puerto Madero, ya que pedir una escalera con plataforma es demasiado, y arruinaría un entorno tan fashion.

(La foto de este post es una colaboración de Rolando, quien la tomó en una ruta de la provincia de Córdoba)



Los tres viajan en la caja de un viejo rastrojero, dos correctamente equipados con chalecos de alta visibilidad, que les serán muy útiles para que los distingan si se caen al pavimento. Debidamente prevenido, el tercero lleva protección lumbar por si tiene que ayudarlos a levantarse, siempre y cuando pueda soltar las bicicletas, para que no se vuelen.